domingo, 27 de marzo de 2011

Las “Fábricas de creación” barcelonesas toman cuerpo


Por Antoine Leonetti

La semana pasada, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y el delegado de Cultura, Jordi Martí, eligieron la antigua fábrica Fabra i Coats en el distrito de Sant Andreu, para presentar el balance cultural de la ciudad para los años 2007-2011. La elección de esta espectacular antigua fábrica textil fue todo un símbolo, ya que el balance pone un especial énfasis en el Programa de Fábricas de Creación impulsado desde el 2006 por la ciudad condal, con el fin de incrementar la red de equipamientos públicos en la ciudad que da soporte a la creación y producción cultural. En este excepcional espacio de 14.000 metros cuadrados, joya de la corona de los espacios de creación, cabrán estudios de grabación, salas de edición, salas de ensayo para el teatro y la danza, espacios de creación plástica, etc. Otro espacio en Sant Andreu, la Nau Ivanow, antigua fábrica de pintura, es ahora un espacio cultural multidisciplinar. En Ciutat Vella, la antigua fábrica de moneda de Barcelona La Seca acogerá la nueva sede del Espai Brossa, dedicado a las artes escénicas, la poesía y la magia. La Escocesa en Poblenou, antigua fábrica de productos químicos para la industria textil, es ahora un centro de producción artística multidisciplinar enfocado a las artes visuales. La Illa Philips en Sants-Montjuïc (Zona Franca), era una antigua fábrica de bombillas, y se ha rehabilitado hoy para acoger un espacio de creación para la danza. La “gruta del Fòrum”, inmenso espacio situado por debajo de la planta fotovoltaica, es ahora el nuevo espacio de la Central del Circ. Muy importante también, la ampliación de Hangar-Centro de Producción de Artes Visuales y el Ateneo Popular 9 Barrios en el distrito de Nou Barris, sin olvidar la transformación o restauración de otros equipamientos como la nueva sede del DHUB, el Canódromo-Centre d’Art Contemporàni de Barcelona, o el Museo Blau, nueva sede del Mueso de Ciencias Naturales, que ocupará el edificio Fòrum, en un notable esfuerzo para dar vida a un espacio utilizado para macroconciertos, y muy vacío de vida el resto del año…

miércoles, 12 de enero de 2011

La cena del miedo (mi reunión con la ministra González Sinde)



Versión en PDF

[Amador Fernández-Savater, coeditor de Acuarela Libros, fue invitado (por azar, por error o por alguna razón desconocida) a una reunión con la ministra de Cultura y otras figuras relevantes de la industria cultural española para hablar sobre la Ley Sinde, el tema de las descargas, etc. En este texto cuenta lo que vivió, lo que escuchó y lo que ha pensado desde entonces. Su conclusión es simple: es el miedo quien gobierna, el miedo conservador a la crisis de los modelos dominantes, el miedo reactivo a la gente (sobre todo a la gente joven), el miedo a la rebelión de los públicos, a la Red y al futuro desconocido.]

La semana pasada recibí una llamada del Ministerio de Cultura. Se me invitaba a una reunión-cena el viernes 7 con la ministra y otras personas del mundo de la cultura. Al parecer, la reunión era una más en una serie de contactos que el Ministerio está buscando ahora para pulsar la opinión en el sector sobre el tema de las descargas, la tristemente célebre Ley Sinde, etc. Acepté, pensando que igual después de la bofetada que se había llevado la ley en el Congreso (y la calle y la Red) se estaban abriendo preguntas, replanteándose cosas. Y que tal vez yo podía aportar algo ahí como pequeño editor que publica habitualmente con licencias Creative Commons y como alguien implicado desde hace años en los movimientos copyleft/cultura libre.

El mismo día de la reunión-cena conocí el nombre del resto de invitados: Álex de la Iglesia, Soledad Giménez, Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Alberto García Álix, Ouka Leele, Luis Gordillo, Juan Diego Botto, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suárez (relacionado con el ámbito de los vídeo-juegos), Cristina García Rodero y al menos dos personas más cuyos nombres no recuerdo ahora (perdón). ¡Vaya sorpresa! De pronto me sentí descolocado, como fuera de lugar. En primer lugar, porque yo no ocupo en el mundo de la edición un lugar ni siquiera remotamente comparable al de Álex de la Iglesia en el ámbito del cine o Muñoz Molina en el de la literatura. Y luego, porque tuve la intuición de que los invitados compartían más o menos una misma visión sobre el problema que nos reunía. En concreto, imaginaba (correctamente) que sería el único que no veía con buenos ojos la Ley Sinde y que no se sintió muy triste cuando fue rechazada en el Congreso (más bien lo contrario). De pronto me asaltaron las preguntas: ¿qué pintaba yo ahí? ¿En calidad de qué se me invitaba, qué se esperaba de mi? ¿Se conocía mi vinculación a los movimientos copyleft/cultura libre? ¿Qué podíamos discutir razonablemente tantas personas en medio de una cena? ¿Cuál era el objetivo de todo esto?

Con todas esas preguntas bailando en mi cabeza, acudí a la reunión. Y ahora he decidido contar mis impresiones. Por un lado, porque me gustaría compartir la preocupación que me generó lo que escuché aquella noche. Me preocupa que quien tiene que legislar sobre la Red la conozca tan mal. Me preocupa que sea el miedo quien está tratando de organizar nuestra percepción de la realidad y quien está tomando las decisiones gubernamentales. Me preocupa esa combinación de ignorancia y miedo, porque de ahí sólo puede resultar una cosa: el recurso a la fuerza, la represión y el castigo. No son los ingredientes básicos de la sociedad en la que yo quiero vivir.

Por otro lado, querría tratar de explicar lo que pienso algo mejor que el viernes. Porque confieso desde ahora que no hice un papel demasiado brillante que digamos. Lo que escuchaba me sublevó hasta tal punto que de pronto me descubrí discutiendo de mala manera con quince personas a la vez (quince contra uno, mierda para...). Y cuando uno ataca y se defiende olvida los matices, los posibles puntos en común con el otro y las dudas que tiene. De hecho me acaloré tanto que la persona que tenía al lado me pidió que me tranquilizara porque le estaba subiendo la tensión (!). Tengo un amigo que dice: “no te arrepientas de tus prontos, pero vuelve sobre los problemas”. Así que aquí estoy también para eso.

Quizá haya por ahí algún morboso preguntándose qué nos dieron para cenar. Yo se lo cuento, no hay problema, es muy sencillo. Fue plato único: miedo. El miedo lo impregnaba todo. Miedo al presente, miedo al porvenir, miedo a la gente (sobre todo a la gente joven), miedo a la rebelión de los públicos, miedo a la Red. Siento decir que no percibí ninguna voluntad de cambiar el rumbo, de mirar a otros sitios, de escuchar o imaginar alternativas que no pasen simplemente por insistir con la Ley Sinde o similares. Sólo palpé ese miedo reactivo que paraliza la imaginación (política pero no sólo) para abrir y empujar otros futuros. Ese miedo que lleva aparejado un conservadurismo feroz que se aferra a lo que hay como si fuera lo único que puede haber. Un miedo que ve enemigos, amenazas y traidores por todas partes.

Quien repase la lista de invitados concluirá enseguida que se trata del miedo a la crisis irreversible de un modelo cultural y de negocio en el que “el ganador se lo lleva todo” y los demás poco o nada. Pero no nos lo pongamos demasiado fácil y pensemos generosamente que el miedo que circulaba en la cena no sólo expresa el terror a perder una posición personal de poder y de privilegio, sino que también encierra una preocupación muy legítima por la suerte de los trabajadores de la cultura. Ciertamente, hay una pregunta que nos hacemos todos(1) y que tal vez podría ser un frágil hilo común entre las distintas posiciones en juego en este conflicto: ¿cómo pueden los trabajadores de la cultura vivir de su trabajo hoy en día?

Lo que pasa es que algunos nos preguntamos cómo podemos vivir los trabajadores de la cultura de nuestro trabajo pero añadiendo (entre otras muchas cosas): en un mundo que es y será infinitamente copiable y reproducible (¡viva!). Y hay otros que encierran su legítima preocupación en un marco de interpretación estrechísimo: la industria cultural, el autor individual y propietario, la legislación actual de la propiedad intelectual, etc. O sea el problema no es el temor y la preocupación, sino el marco que le da sentido. Ese marco tan estrecho nos atrapa en un verdadero callejón sin salida en el que sólo se puede pensar cómo estiramos lo que ya hay. Y mucho me temo que la única respuesta posible es: mediante el miedo. Responder al miedo con el miedo, tratar de que los demás prueben el miedo que uno tiene. Ley, represión, castigo. Lo expresó muy claramente alguien en la reunión, refiriéndose al modelo americano para combatir las descargas: “Eso es, que al menos la gente sienta miedo”. Me temo que esa es la educación para la ciudadanía que nos espera si no aprendemos a mirar desde otro marco.

Tienen miedo a la Red. Esto es muy fácil de entender: la mayoría de mis compañeros de mesa piensan que “copiar es robar”. Parten de ahí, ese principio organiza su cabeza. ¿Cómo se ve la Red, que ha nacido para el intercambio, desde ese presupuesto? Está muy claro: es el lugar de un saqueo total y permanente. “¡La gente usa mis fotos como perfil en Facebook!”, se quejaba amargamente alguien que vive de la fotografía en la cena. Copiar es robar. No regalar, donar, compartir, dar a conocer, difundir o ensanchar lo común. No, es robar. Traté de explicar que para muchos creadores la visibilidad que viene con la copia puede ser un potencial decisivo. Me miraban raro y yo me sentía un marciano.

Me parece un hecho gravísimo que quienes deben legislar sobre la Red no la conozcan ni la aprecien realmente por lo que es, que ante todo la teman. No la entienden técnicamente, ni jurídicamente, ni culturalmente, ni subjetivamente. Nada. De ahí se deducen chapuzas tipo Ley Sinde, que confunde las páginas de enlaces y las páginas que albergan contenidos. De ahí la propia idea recurrente de que cerrando doscientas webs se acabarán los problemas, como si después de Napster no hubiesen llegado Audiogalaxy, Kazaa, Emule, Megavideo, etc. De ahí las derrotas que sufren una y otra vez en los juzgados. De ahí el hecho excepcional de que personas de todos los colores políticos (y apolíticos) se junten para denunciar la vulneración de derechos fundamentales que perpetran esas leyes torpes y ciegas.

Tienen miedo a la gente. Cuando había decidido desconectar y concentrarme en el atún rojo, se empezó a hablar de los usuarios de la Red. “Esos consumidores irresponsables que lo quieren todo gratis”, “esos egoístas caprichosos que no saben valorar el trabajo ni el esfuerzo de una obra”. Y ahí me empecé a poner malo. Las personas se bajan material gratuito de la Red por una multiplicidad de motivos que esos clichés no contemplan. Por ejemplo, están todos aquellos que no encuentran una oferta de pago razonable y sencilla. Pero la idea que tratan de imponernos los estereotipos es la siguiente: si yo me atocino la tarde del domingo con mi novia en el cine viendo una peli cualquiera, estoy valorando la cultura porque pago por ella. Y si me paso dos semanas traduciendo y subtitulando mi serie preferida para compartirla en la Red, no soy más que un despreciable consumidor parásito que está hundiendo la cultura. Es increíble, ¿no? Pues la Red está hecha de un millón de esos gestos desinteresados. Y miles de personas (por ejemplo, trabajadores culturales azuzados por la precariedad) se descargan habitualmente material de la Red porque quieren hacer algo con todo ello: conocer y alimentarse para crear. Es precisamente una tensión activa y creativa la que mueve a muchos a buscar y a intercambiar, ¡enteraos!

Lo que hay aquí es una élite que está perdiendo el monopolio de la palabra y de la configuración de la realidad. Y sus discursos traducen una mezcla de disgusto y rabia hacia esos actores desconocidos que entran en escena y desbaratan lo que estaba atado y bien atado. Ay, qué cómodas eran las cosas cuando no había más que audiencias sometidas. Pero ahora los públicos se rebelan: hablan, escriben, se manifiestan, intervienen, abuchean, pitan, boicotean, silban. En la reunión se podía palpar el pánico: “nos están enfrentando con nuestro público, esto es muy grave”. Pero, ¿quién es ese “nos” que “nos enfrenta a nuestro público”? Misterio. ¿Seguro que el público no tiene ninguna razón verdadera para el cabreo? ¿No es esa una manera de seguir pensando al público como una masa de borregos teledirigida desde algún poder maléfico? ¿Y si el público percibe perfectamente el desprecio con el que se le concibe cuando se le trata como a un simple consumidor que sólo debe pagar y callar?

Tienen miedo al futuro. “¿Pero tu qué propones?” Esa pregunta es siempre una manera eficaz de cerrar una conversación, de dejar de escuchar, de poner punto y final a un intercambio de argumentos. Uno parece obligado a tener soluciones para una situación complejísima con miles de personas implicadas. Yo no tengo ninguna respuesta, ninguna, pero creo que tengo alguna buena pregunta. En el mismo sentido, creo que lo más valioso del movimiento por una cultura libre no es que proponga soluciones (aunque se están experimentando muchas, como Creative Commons), sino que plantea unas nuevas bases donde algunas buenas respuestas pueden llegar a tener lugar. Me refiero a un cambio en las ideas, otro marco de interpretación de la realidad. Una revolución mental que nos saque fuera del callejón sin salida, otro cerebro. Que no confunda a los creadores ni a la cultura con la industria cultural, que no confunda los problemas del star-system con los del conjunto de los trabajadores de la cultura, que no confunda el intercambio en la Red con la piratería, etc.

Eso sí, hablé del papel fundamental que para mí podrían tener hoy las políticas públicas para promover un nuevo contrato social y evitar la devastación de la enésima reconversión industrial, para acompañar/sostener una transformación hacia otros modelos, más libres, más justos, más apegados al paradigma emergente de la Red. Como se ha escrito, “la inversión pública masiva en estudios de grabación, mediatecas y gabinetes de edición públicos que utilicen intensivamente los recursos contemporáneos -crowdsourcing, P2P, licencias víricas- podría hacer cambiar de posición a agentes sociales hasta ahora refractarios o poco sensibles a los movimientos de conocimiento libre”(2). Pero mientras yo hablaba en este sentido tenía todo el rato la sensación de arar en el mar. Ojalá me equivoque, porque si no la cosa pinta mal: será la guerra de todos contra todos.

Ya acabo. Durante toda la reunión, no pude sacarme de la cabeza las imágenes de la película El hundimiento: encerrados en un búnker, sin ver ni querer ver el afuera, delirando planes inaplicables para ganar la guerra, atados unos a otros por fidelidades torpes, muertos de miedo porque el fin se acerca, viendo enemigos y traidores por todos lados, sin atreverse a cuestionar las ideas que les arrastran al abismo, temerosos de los bárbaros que están a punto de llegar...(3)

¡Pero es que el búnker ni siquiera existe! Los “bárbaros” ya están dentro. Me gustaría saber cuántos de los invitados a la cena dejaron encendidos sus ordenadores en casa descargándose alguna película. A mi lado alguien me dijo: “tengo una hija de dieciséis años que se lo baja todo”. Y me confesó que no le acababa de convencer el imaginario que circulaba por allí sobre la gente joven. Ese tipo de cosas constituyen para mí la esperanza, la posibilidad de razonar desde otro sitio que no sea sólo el del miedo y los estereotipos denigratorios. Propongo que cada uno de los asistentes a la próxima cena hable un rato sobre el tema con sus hijos antes de salir de casa. O mejor: que se invite a la cena tanto a los padres como a los hijos. Sería quizá una manera de sacar a los discursos de su búnker, porque entonces se verían obligados a asumir algunas preguntas incómodas: ¿es mi hijo un pobre cretino y un descerebrado? ¿Sólo quiero para él que sienta miedo cuando enciende el ordenador? ¿No tiene nada que enseñarme sobre el futuro? El búnker ya no protege de nada, pero impide que uno escuche y entienda algo.

Amador Fernández-Savater (11-1-11)

viernes, 19 de noviembre de 2010

ABRAZO Y DESPEDIDA PARA UN AMIGO...HASTA LA PRÓXIMA RASTA (HERMAN)


Por Eduardo Duarte Yañez

Cuando vi por primera vez al Rasta a la llegada de su familia a nuestra calle, ya venía precedido de un halo de alegría andante y un desenfado propio de quien vive la vida a concho. Que era a lo que nos dedicábamos casi profesionalmente en aquellos años. Como no recordar los acordes a full volumen de "Ignorancia" de Gondwana casi todos los días tempranito en la mañana y aquella vez que la unión de la pintura de las tres fachadas (incluida la de mi primo Jhon) le daban a nuestra calle el apelativo del Barrio Jamaica con all inclusive.

Cuantas noches de juergas y música compartida, cuantas risas interminables e historias increíbles, la tuba sonando por todo el barrio al son de las batucadas, donde fue uno de los fundadores de las primeras expresiones musicales de este tipo en Andacollo, que contó con financiamiento del Fondo de Cultura Municipal Local, que funcionaba en aquellos años, con el cual compraron los instrumentos para formar este grupo, fondo cultural local que hoy ya no existe.

En la hora amarga de la triste despedida, recuerdo nuestro último abrazo hace un par de semanas afuera de mi casa en Andacollo y el compartir una salida al cerro a comernos un asadito nocturno en compañía de un grupo de amigos. En tu partida al largo viaje hacia la energía universal creadora, al cerrar los ojos me viene tu imagen SIEMPRE SONRIENDO extendiéndome una mano y saludándome con un: "como estay Hanton, tay perdío, que te cambiaron por allá tan lejos", y aquellas buenas señas dan un poco de consuelo, el recordar que siempre tuviste una palabra amable para tus amigos. Tal vez tenías razón y en algún momento extraviamos la alegría, el desenfado por vivir la vida, en detrimento de adaptarnos a la moral de las "buenas costumbres" de nuestra doble estándar sociedad y sus encasillamientos.

Quienes te han arrancado la presencia entre nosotros, jamás te arrancaran la existencia y la vida, puesto que cada vez que quienes te aprecian, quieren y extrañan te recuerden, estarás presente.

Un abrazo rastaman, unas músicas, unos cantos, un buen vino, unas charlas de horas, unos aromas y el reír a concho, a todo pulmón, es así como te recordaremos observándonos con tu infalible sonrisa en los labios.

A mis vecino Sra. Ana y Chey, a su hermano y hermanas toda la fuerza de alma, para sobrellevar la profunda tristeza en sus corazones, fuerza y paz.

Ve amigo Rastin, ve y no te olvides de recordarnos la alegría de vivir, el sentido de las cosas simples y verdaderas, recuérdanos no dejarnos vencer por la vida gris de la máquina de las cosas cotidianas sociales "normales", como la carrera por acumular y acumular y acumular cosas materiales.

Ve amigo Rastin no será tu muerte en vano, no esperaremos a brazos cruzados que la (IN) justicia, nuevamente nos abofetee y nos pase por encima, no lo permitiremos.

Ve amigo Rastin, ve tranquilo, ya volveremos a vernos, nos sentaremos en una esquina de las otras vidas, nos reiremos del tiempo, ve tranquilo, en tu ley, en tu alegría.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

MUCHÍSIMA FE ALLA VAMOS




Este sábado 06 se desarrollará el gran evento de poesía Muchisima Fe, en Santiago de Chile. En esta ocación y gracias a una invitación de la poeta Carla Valdes del Río, presentaremos nuestra Plaquette de Poesía QUISIERA ARRANCARTE LA CABEZA DE CUAJO, que publicamos en Barcelona, el pasado diciembre 2009 y que reeditamos en esta ocasión, es la primera vez que publicamos algo en Chile, de manera individual.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

ESTE MARTES 28 SEPT DICTAMOS CHARLA TALLER: "HERRAMIENTAS DE GESTIÓN Y COOPERACIÓN CULTURAL INTERNACIONAL PARA EL DESARROLLO LOCAL"


Estimad@s Amig@s Gestores y Creadores Culturales

Les saludamos cordialmente deseandoles siempre exito y perseverancia en sus proyectos, programas y creaciones.
A su vez les invitamos para este Martes 28 de septiembre a concurrir a la Charla/Taller: "HERRAMIENTAS DE GESTIÓN Y COOPERACIÓN CULTURAL INTERNACIONAL PARA EL DESAROLLO LOCAL", que dictaremos en el Auditorio principal de la Casa de la Cultura del municipio de Coquimbo, agradeciendo su vital ayuda para organizar este evento. Comenzaremos a las 16:00 horas con término a las 18:00 hrs. Todo en el marco de la retribución de la Beca de Excelencia que me fue otorgada por el Fondart Nacional para realizar mis estudios de Postgrado en Cooperación y Gestión Cultural Internacional en la Universitat de Barcelona, España. Estudios que ya concluímos con éxito.
Les esperamos para seguir COMPARTIENDO HERRAMIENTAS DE GESTIÓN y construyendo REDES DE TRABAJO.

Saludos y buenas señas,

Eduardo Duarte Yañez
Gestor Responsable del Patrocinio Bicentenario del Proyecto
"FIESTA DE ANDACOLLO:
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO y PCI Chile"
http://eduardo-duarte.blogspot.com

Gestor de Proyectos Internacionales
Municipalidad de Andacollo
Chile
http://twitter.com/Eduardo_Duarte
www.andacollochile.cl

Gestor Creativo
CHAQMANA Dreams I+C+i
Chile
881979294
http://chaqmana.blogspot.com

Diplomado en Gestión Cultural
Universidad de Chile (OEI/CNCA)
Chile

Postgraduado en Cooperación y Gestión Cultural Internacional
Universitat de Barcelona
España

"La única recompensa que puede esperarse del cultivo de la literatura es el desdén si se fracasa y el odio si se triunfa" (Voltaire)

ágora de sangres

ágora de sangres
Poemario de Eduardo Duarte. Editorial Manofalsa no revista (andacollo/el callao): http://www.manofalsa.com