viernes, 28 de septiembre de 2007

ÁGORA DE SANGRES, POEMARIO DE EDUARDO DUARTE.


Prof. Dr. Julio Piñones Lizama
Doctor en Literatura Universidad de Complutense de Madrid
Académico Universidad de La Serena.




La singularidad de este libro de poesía comienza marcándose por medio de suoposición al espacio público de su título, el cual deviene en espacio íntimo expuesto para el lector de sus versos. La irresolución de la búsqueda de unas raíces con las que no se encuentra, nos presenta el primer núcleo problemático de esta escritura. El ritmo pausado de este extravío indaga en el sentido de esta memoria poética:

no recuerdo el abrigo gris
bajo tu abrazo ebrio en invierno pálido
( Duarte, P A T E R V E R B A T U M, en Ágora…, 10)




Valoro la capacidad que muestra este lenguaje para transformar la afectividadcomún de los mortales en acontecimiento distanciado, en carencia que otorga extrañeza al texto:


No recuerdo que nombraras mi voz de hilo trémulo
mas sí diez paradigmas que ocultaron la sangre
( Duarte, P AT E R …, en Ágora…, 10)



De la difusa percepción inicial, el poema se abre hacia lo externo creando unadicción fronteriza entre una resonancia vicaria y un espacio cósmico constituido por macro referencias que atraviesan lo personal y expanden la fricción de un dolor contenido:


No recuerdo merecer castigo inalienable
el mundo
Un verso de heridas
que atraviesan las nubes rojas


al amanecer cronológico de huesos


que edificarán


Góticas catedrales de olvido” (Duarte, PATER…, en Ágora…, 11)



Desde estas intuiciones, la lectura se encuentra con otras vertientes de estasensibilidad calladamente dolida, casi próxima a la de un Vallejo, de modo similar extrayendo de lo real, las fatigas y tensiones de un ser que se transfigura en otro, que se proyecta en el hijo de esa cadena existencial que vive en este lenguaje. Una poesía escrita en la cercanía de la experiencia que se entreabre y huye, incapaz de pontificar sobre el acaecer indefinible de la vinculación padre/hijo, ofreciendo sólo atisbos, fragmentos de visiones sin discurso, fiel, sin duda, sólo a los vaivenes de la palabra expresiva de lo humano, de la inocencia que despunta al alba; un reencuentro en pacescon los orígenes de lo antecesor y lo sucesivo, el milagro de lo sincero que emerge desde esas fraguas calcinadas del sentimiento trabajado sin descanso.



Una persistencia, unas vasijas comunicantes imbrican las temporalidades y lossemblantes que generan sus mutaciones, ámbito en el cual la propia voz del hablante apenas se reconoce como un latido que está siempre allí, incognoscible en todo caso; pero está el intento, el acoso de las soledades, también, las rupturas de la realidad internalizada página adentro, con soltura, con desenfado; vale citar:



Las palomas se llevaron los techos de las casas



Se llevaron las ropas y la esperanza en las alas



hace frío en los agujeros de bajo de las camas



los gusanos ya ni siquiera apetecen



nuestra secreción de piel enferma
(Duarte, poema Ágora de sangres, en ÁGORA…, 16)




La promesa, las herencias se perpetúan en el hijo, él asume la huella, las resonancias de un tiempo que traspasa los límites; desde este espacio íntimo, va la apertura hacia la reunión con la antigüedad del “ágora”, el espacio de la plaza pública del helenismo citadino; allí, donde ahora Duarte expone la precaria condición de lo humano universal:



y vas Maximiliano desnudocon semblante de Dios Mitológico



bramando la culpa



en sus rostros de decadencia pseudos urbana



cuánta vergüenza de sí mismo debe sentir el hombre



para volverse humano
(Duarte, poema Ágora de sangres, en ÁGORA…, 17)




Una reconstrucción anafórica remite una “marca” remota paterna del hablante (de P A T E R V E R B A T U M, considérese: bajo tu abrazo ebrio en inviernopálido) en su nuevo encuentro apelativo con lo filial inmediato:



Esperemos juntos
tu alma rebelde y mi corazón ebrio


el amanecer de siglos sin eclipses de razón
(Duarte, poema Ágora…, 17)

Lo anafórico y lo catafórico son fuerzas que se reconstituyen para culminar elcierre de esta faena, con estos versos donde el coloquialismo afectivo paterno/filial se reúne, se “junta”, en el sentido griego del ágora, con lo universal que recupera su fe laica en el ser humano por medio de paronomasias magistrales:


Ves Maximiliano perdona


como la gente se acerca desnuda libre inocente


con lágrimas en los sexos


libre con la piel de pluma de paloma
(Duarte, poema Ágora…, 17)



Para no finalizar, téngase presente cuán perceptible es el uso de la disposicióngráfica del texto, como fuerza expresiva orientada a su lectura receptiva, poderconstructivo de lo cual escribiera una vez Iuri Tinianov; pero es algo que sóloapenas podemos apuntar (entre muchas otras observaciones que se nos quedan en el tintero) a la hora del cierre de esta invitación a seguir leyendo este valioso libro denominado de manera significativa: ÁGORA DE SANGRES, del poeta chileno Eduardo Duarte: larga vida, pues, para él y para sus sangres, que vienen fuertes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola eduardo, bien atractivo tu blog. Espero que se siga renovando con el tiempo y puedas aportar poesía de la buena y también información sobre tu lugar de origen, ese Andacollo precioso, aunque amenazado, que tuve la suerte de conocer de la mano de tu "barra" de amigos. Un abrazo. Luis desde Tinogasta,Catamarca, Argentina (Dile a los muchachos que los espero con el asado en mi pueblo)

ágora de sangres

ágora de sangres
Poemario de Eduardo Duarte. Editorial Manofalsa no revista (andacollo/el callao): http://www.manofalsa.com