Ya recuerdo la aurora boreal
que viajaba en tus ojos hundidos
catapultados de tristeza
Aquellos años errantes
del finito ímpetu
los sacrilegios fantasmas
en tierra mojada
con el placer de la humedad milenaria de tu rosa
Aún te observo indefinida
danzas abrasiva
diluida
en dos secuencias de lágrimas
Aquel tiempo fue mi espacio opresivo
me creas y abandonas
al amar de los silencio en mi voz-subterra
lo horizontes de tus suaves márgenes
bajo mi piel
me sangran
Cuantas nostalgias –negaciones en off-
y miedos cristalinos
nos detienen
La imprudencia
de un mal designio
sacude a Dios
de todos los caminos
Las abejas coloreadas
besan tu risa entrecortada
en el jardín último de entrega
Más cuando cada vez
me alejo de tu vientre
desencadenas mi tormenta de luz
y otra vez
tus profundos ojos
reinan el clamor perdido
de mi boca ausente
inefable
insolente
como un ramo de tu abrazo
que naufraga
inmortal
en mi pecho
de águilas que te nombran
cuando caen
las montañas
mar afuera
que viajaba en tus ojos hundidos
catapultados de tristeza
Aquellos años errantes
del finito ímpetu
los sacrilegios fantasmas
en tierra mojada
con el placer de la humedad milenaria de tu rosa
Aún te observo indefinida
danzas abrasiva
diluida
en dos secuencias de lágrimas
Aquel tiempo fue mi espacio opresivo
me creas y abandonas
al amar de los silencio en mi voz-subterra
lo horizontes de tus suaves márgenes
bajo mi piel
me sangran
Cuantas nostalgias –negaciones en off-
y miedos cristalinos
nos detienen
La imprudencia
de un mal designio
sacude a Dios
de todos los caminos
Las abejas coloreadas
besan tu risa entrecortada
en el jardín último de entrega
Más cuando cada vez
me alejo de tu vientre
desencadenas mi tormenta de luz
y otra vez
tus profundos ojos
reinan el clamor perdido
de mi boca ausente
inefable
insolente
como un ramo de tu abrazo
que naufraga
inmortal
en mi pecho
de águilas que te nombran
cuando caen
las montañas
mar afuera
Poema de 1996
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