para Romina Villarroel Azola
Ya lo siento venir
Regresas como los valles desenterrados
Como las golondrinas masacradas del 87
Con tu sonrisa de trigo candente
Paciente
En la espera impaciente
Talvez todo vuelva a brillar en las quebradas habitadas
Y mi pequeño corazón sea solo una gran R
Aquella indiscutible verdad de la que huyo
Donde reside mi refugio inmortal
Mi libertad emanada de tus labios, de tus manos, de tu piel, de tus huesos desafiantes, desde tus caderas sobre mi vientre desnudo,
tu luz envolvente que condena lo transhumanamente perecible…
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